El factor humano
16 noviembre 2012 | Por lorenzo | Categoria: FĂștbol, Real MallorcaAl principio fue la nada. DespuĂ©s, los clubes de fĂștbol. âSociedades fundadas por grupos de personas con intereses comunesâ, segĂșn indican los que limpian, fijan y dan esplendor. Personas, aficionados al fin y al cabo, que se vestĂan de corto para alegrar sus domingos. Aficionados tambiĂ©n eran los primarios directivos, asĂ como los trabajadores que defendĂan el nombre de su club. Porque al principio todo esto no era mĂĄs que un hobby, un divertimento o aficiĂłn. MĂĄs pasional que coleccionar sellos o criar pavos reales, pero aficiĂłn al fin y al cabo. Y en ese principio, el fĂștbol era de ellos. Era nuestro.
Estadios semivacĂos y desangelados, horarios irrazonables, futbolistas mĂĄs comprometidos con el color de sus billetes que el de sus camisetas y dirigentes alejados de la realidad. Estamos en el año 2012 y el aficionado se ha convertido en un cliente con mĂĄs obligaciones que derechos. Lo que en su fundaciĂłn eran clubes ahora se llaman sociedades anĂłnimas, empresas con accionistas que hacen y deshacen a su antojo. Para eso son los dueños.
En el Mallorca se da esa situaciĂłn, pero no es el Ășnico club. OjalĂĄ lo fuese, por el mismo motivo que es mĂĄs fĂĄcil limpiar un estanque que el ocĂ©ano entero. En realidad todo el fĂștbol, especialmente el español, sucumbe a voluntades accionariales. ÂżQuĂ© mĂĄs darĂĄ el cuidado al hincha? El cliente siempre tiene la razĂłn, pero, al menos en el fĂștbol, casi nunca se le escucha.
TrasladĂ©monos al verano pasado. El Mallorca hace pĂșblica su campaña de socios. Precios alejados de una realidad social que obliga a muchos a subrayar prioridades. El fĂștbol, divertimento del pueblo, convertido en un lujo. Muchas voces crĂticas y pocas ganas de escuchar. El resultado era previsible: Descenso del nĂșmero de abonados, escasa asistencia a los partidos y un fuerte desapego por parte de una aficiĂłn que pocas veces se ha sentido partĂcipe. El precio de los abonos no es la Ășnica causa de esta situaciĂłn, pero es una importante.
El factor humano se ha eliminado con el tiempo de la ecuaciĂłn y ahora las cuentas no salen.
Los horarios de los partidos, otra de las causas, buscan acercar a la gente a sus salas de estar alejĂĄndolas si hace falta de los estadios. Los clubes tratan de lidiar con un problema que han generado ellos mismos otorgando plenos poderes a las televisiones a cambio de ceros. Con lo que no cuentan los gerifaltes mediĂĄticos es que es mĂĄs atractivo un partido regular con un gran ambiente que uno bueno en un estadio vacĂo. Comparen si no un partido de la Bundesliga con uno del Calcio. El caramelo puede estar igual de bueno pero es el envoltorio el que lo hace atractivo. El factor humano decanta la balanza.
Aficionado ante todo, antes, ahora y siempre, no me gusta tener que criticar a mi propio club, porque aspiro a que sea ejemplar. La problemĂĄtica del precio de los abonos ha encontrado promesas de soluciĂłn. Jaume Cladera en varias ocasiones ha declarado que la temporada que viene sufrirĂĄn una rebaja drĂĄstica. Celebro que alguien se haya dado cuenta a la vez que espero que la decisiĂłn no haya llegado demasiado tarde. (T.M.)
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