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A partir de ahora ya no hay apoderados. El Consejo se erige en el órgano único de poder del club, lo que en la práctica significa que Biel Cerdà asciende a la categoría de césar, porque su dedo pulgar será el que decante todas y cada una de las decisiones que se tomen en el Mallorca, incluyendo fichajes y traspasos. ¿Situación surrealista? Por supuesto, pero es lo que hay. Habrá reuniones semanales del Consejo, y en ellas se lidiará la actualidad de la entidad.

Han sido más de seis horas de reunión en las que, por supuesto, los consejeros no se han puesto de acuerdo en casi nada. Bueno, en un punto sí ha habido quorum. Serra Ferrer y Cerdà han votado a favor en la propuesta presentada por el máximo accionosta para paralizar la due dilligence que está llevando a cabo Price Waterhouse, al entender que al tratarse de la misma empresa que le lleva a Claassen su demanda contra Cladera y el propio Serra se incurría en un conflicto de intereses. Ojo, no dejéis que os engañen. El Consejo ha acordado iniciar inmediatamente la contratación de otra empresa INDEPENDIENTE para que comience cuanto antes la auditoría.

Blum, que dimitió como apoderado por temor a incurrir en responsabilidades legales, sigue como director general a razón de 12.000 del ala cada mes. Se ve que en ese puesto sí que le vale la pena arriesgarse. Además, sustituye como consejero a Pep Roig, que afortunadamente ya es historia. (futboldesdemallorca) Tomeu Maura